El de mirar sombras en las estrellas

Manuel Sánchez traslada al espectador a un paisaje crepuscular: un camino de tierra que atraviesa pastizales dorados bajo un cielo violeta. A primera vista es un paisaje íntimo y silencioso, pero al fijarnos descubrimos dos presencias disonantes: un cuerpo humano suspendido en caída libre y la figura naïf de un osito (guiño a la nostalgia infantil) ofreciendo un panal de miel.

Con un gesto técnico impecable —capas finas de acrílico, empaste ligero en el primer plano y degradados sutiles en el fondo—, el artista subvierte la calma aparente: el hombre en vuelo evoca la fragilidad de nuestros sueños, mientras el osito oficia de guía afectivo, recordándonos el consuelo ancestral de la infancia. Cada pincelada respira entre lo onírico y lo real, construyendo una poética de tensionar luz y sombra, presencia y ausencia.

Óleo sobre panel

2024