Jesús Gutiérrez

Jesús Gutiérrez

Jesús Gutiérrez pinta con el pulso de un científico y la mirada de un narrador. Su práctica con la acuarela es un ejercicio de paciencia y riesgo: dejar que el agua decida, aceptar el error y volverlo parte del lenguaje.

Cada obra nace de un dato —un gesto animal, una estrategia de supervivencia, una huella urbana— y se convierte en fábula visual. Lo biológico es solo el punto de partida: lo que importa es la pregunta que queda flotando.

En sus piezas, un cocodrilo puede ser guía de la curiosidad, una banca se vuelve crítica social, y el amplexo de las ranas se traduce en danza humana. Su pintura no busca emocionar de golpe; propone habitar la imagen con calma, como quien observa, compara y descubre.

Gutiérrez trabaja contra lo fugaz: apuesta por la claridad, la permanencia y la contemplación. Sus acuarelas son detonadores: pequeños sistemas de pensamiento donde arte y ciencia se encuentran para recordarnos que también somos animales, y que aún tenemos mucho por aprender de ellos.