La memoria no se borra, solo cambia de cuerpo.

En Después de la forma, once artistas —Adriana Torres, Enrique Gramos, Esteban Floc, Flash Ficción, Freak Salazar, Genaro Moreno, Jazz Ibarra, José María Gusiñer, Junior Gallardo, Luis Campos y Manuel Sánchez— exploran la materia del recuerdo y su transformación constante.

La muestra se articula en cuatro estados —Sólidos, Translúcidos, Difusos y Perdidos— que funcionan como metáforas del tránsito entre lo visible y lo que se desvanece. Cada obra encarna un punto distinto en ese proceso: algunas sostienen la densidad de lo tangible, otras comienzan a filtrar la luz hasta volverse transparencia o ruido.

Lo sólido se fractura, lo translúcido se abre paso a la sombra, lo difuso se confunde con la imaginación y lo perdido persiste como eco. Así, la exposición se convierte en un ensayo colectivo sobre la persistencia de lo sensible, sobre aquello que resiste incluso cuando ya ha cambiado de forma.

En Después de la forma no hay vacío, sino temblor. Lo que sobrevive al tiempo no es la estructura, sino la vibración que deja su paso. Una resonancia que insiste, respira y se rehace dentro de nosotros.